El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó el viernes al nuevo gobierno peruano por decretar un estado de emergencia para contener las protestas sociales, que han dejado al menos 16 muertos en el país, en respuesta a la reciente destitución del mandatario Pedro Castillo.
López Obrador, que ha mostrado su simpatía por el expresidente peruano, actualmente detenido, no ha reconocido a su sucesora, Dina Boluarte, y su administración inició gestiones con las autoridades de la nación andina para atender una solicitud de asilo de Castillo.
“No debe de usarse la fuerza, no debe reprimirse al pueblo y hay que garantizar las libertades. En este caso, tomaron la decisión de suspender las garantías individuales y hay en los hechos un estado de sitio con militares y con soldados”, dijo el viernes López Obrador.
Según una encuesta de un diario mexicano, el 52% de los mexicanos rechaza el asilo al exmandatario peruano y un porcentaje similar opina que López Obrador debería mantenerse al margen de los acontecimientos políticos en Perú.