El cambio climático está exacerbando los fenómenos meteorológicos extremos en América Latina impactando directamente en la agricultura, la disponibilidad de recursos hídricos y la seguridad alimentaria.
Arrancamos el segundo trimestre de 2024 en México con la escasez de agua entre los principales temas de la agenda del país. Con ese panorama llegamos al Día Mundial de la Madre Tierra que sucede cada 22 de abril de acuerdo con la ONU. Esta conmemoración tiene el objetivo de recordarnos la urgencia de tomar medidas colectivas para abordar los desafíos de la superpoblación, la contaminación y la conservación de la biodiversidad que han provocado la crisis climática global.
Los recientes encabezados de noticias sobre la escasez del agua en Ciudad de México, Monterrey, y otras entidades del país, así como las sequías severas en diversas cuencas del territorio nacional, son la evidencia de un mundo que enfrenta lo que los expertos llaman una crisis del agua.
Al menos el 50% de la población del planeta – 4 mil millones de personas – enfrentan escasez de agua al menos un mes al año. Para el 2025 se estima que 1.8 mil millones de personas se encontrarán viviendo lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) llama “escasez absoluta de agua”.
“El cambio climático está exacerbando los fenómenos meteorológicos extremos en América Latina y el Caribe produciendo un aumento alarmante en las temperaturas y la frecuencia de sequías prolongada, alteración en los patrones de lluvia, los hábitats acuáticos y la disponibilidad de agua de buena calidad. Estos eventos climáticos extremos impactan directamente en la agricultura, y por consecuencia en la disponibilidad de agua y en la seguridad alimentaria poniendo en riesgo la sustentabilidad de nuestras comunidades”, afirma Carmen Guerrero Sotelo de Kilimo, una Climatech latinoamericana que está liderando el camino hacia un futuro agua-positivo.
De acuerdo con el directivo de Kilimo, urge la acción colectiva que incluya la vinculación de actores públicos y privados e inversión en seguridad hídrica. Estas son las 5 acciones que se pueden llevar a cabo para frenar la escasez de agua:
Restaurar espacios naturales
La afectación a los ecosistemas que proveen a la humanidad de agua dulce como los humedales, las turberas, las áreas boscosas de captación, los lagos, los ríos y los acuíferos subterráneos por la sobreexplotación y la contaminación socava su capacidad para proveer agua a las comunidades.
Estos espacios naturales necesitan ser protegidos urgentemente y aquellos que han sido degradados, revividos a través de la restauración a gran escala. Los países se beneficiarían al desarrollar objetivos específicos y medibles, integrados en sus planes nacionales para contrarrestar el cambio climático, proteger la biodiversidad y evitar la sequía y la desertificación.
Tecnificación del riego
La agricultura consume el 70% del agua dulce a nivel mundial. Adoptar métodos de producción de alimentos que eficienten el uso del agua como el riego por goteo y la agricultura regenerativa, mejora la calidad de las cosechas y permite reducir el consumo del vital líquido hasta en un 70%. El riego tecnificado en México se encuentra en un estadio prematuro, ya que sólo el 5% de la producción se obtiene a través de la tecnificación, pero es un método que puede ayudar a que las reservas de agua se mantengan en niveles más óptimos.
Mejorar la infraestructura hidráulica
La eficiencia hídrica implica reducir la cantidad de agua perdida por las fugas en la infraestructura pública y las tuberías de los edificios. No hay datos globales sobre la cantidad de agua pérdida de esta manera, pero las cifras nacionales sugieren que 40% el total de agua de la Ciudad de México se pierde a través de las fugas visibles y no visibles.
Aplicar enfoques impulsados por tecnología en la toma de decisiones
Las decisiones sobre el agua no pueden tomarse de manera aislada. La integración de tecnologías innovadoras como las satelitales, machine learning e inteligencia artificial que ayudan a la toma de decisiones ágil y basadas en datos facilita una gestión eficiente del agua.
Fortalecer las políticas públicas sobre el cambio climático
Los países deben enfatizar y armonizar sus estrategias para mitigar y adaptarse al cambio climático con el fin proteger el bienestar y futuro de los ciudadanos. Los países necesitan ser más creativos y potenciar la colaboración multidisciplinaria y entre actores de la sociedad, impulsar la inversión inteligente en proyectos de acción colectiva de sostenibilidad, y ser más estrictos en las políticas públicas del cuidado del agua.
La suma de estas acciones es especialmente importante para asegurar el suministro de agua para las ciudades, muchas de las cuales sufren de una severa escasez de agua.