El Museo Nacional de Poznań (MNP) en Polonia ha hallado un estandarte que perteneció a Adolf Hitler y que constituye una pieza única en el mundo, según confirmó la institución por teléfono a EFE.
Los medios polacos habían avanzado este jueves que el estandarte, de un metro por un metro, presenta una esvástica rodeada de hojas de roble en el centro y cuatro águilas en las esquinas y está elaborado con materiales costosos y bordado con hilo de oro.
Según los expertos, se trata del único estandarte personal de Hitler que se conserva hasta el día de hoy.
Paweł Oses, de la oficina central del museo, declaró a los medios polacos que no existen planes de exhibir el estandarte ni de realizar más investigaciones sobre él.
“El hecho de que ésta pueda ser la única pancarta de este tipo no nos enorgullece especialmente”, declaró.
En principio se pensó que el estandarte pertenecía a Arthur Greiser, el gobernador alemán del llamado Wartheland, nombre dado por los alemanes las provincias polacas occidentales ocupadas, o a Heinrich Himmler, jefe de las SS.
Sin embargo, la doctora Aleksandra Paradowska identificó el estandarte, basándose en comparaciones de materiales, y determinó que el objeto pertenecía a Hitler, una conclusión a la que llegó tras cotejar la apariencia de la pieza con catálogos históricos.
El estandarte será trasladado al almacén del museo en Rogalin (centro), donde permanecerá a disposición de historiadores o instituciones interesadas en examinarlo.
El estandarte fue descubierto en la década de 1960 en el edificio de la ópera de Poznań, junto al castillo, y se piensa que fue diseñado para ser exhibido en caso de que Hitler visitara el teatro.
La doctora Paradowska, quien está comisariando una exposición sobre la ocupación alemana en Poznań, cree que la exhibición del estandarte en un museo solo sería posible si se hiciera en un contexto apropiado, con un recordatorio de los crímenes alemanes en la Polonia ocupada.
Según la ley polaca, la propagación del nazismo y la exhibición de símbolos nazis es ilegal y se castiga con hasta tres años de prisión.
Sin embargo, la ley no se aplica a las exhibiciones educativas de dichos símbolos en, por ejemplo, museos.