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Salud

Revalorizar lo natural: por qué comer frutas y verduras nunca fue tan importante

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Cada 16 de octubre, el mundo celebra el Día Mundial de la Alimentación, una fecha impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que busca recordar la importancia de garantizar una nutrición adecuada para todos. En un mundo en el que lo rápido suele ganar terreno, este día nos invita a preguntarnos: ¿cómo hacer que lo fresco y lo natural sigan siendo parte de nuestra vida diaria?

Una alimentación balanceada: el reto global que sigue pendiente

De acuerdo con datos de la FAO, el consumo de frutas, verduras y cereales ha disminuido en diversas regiones, mientras que los alimentos ultraprocesados ocupan un lugar cada vez más importante en la dieta diaria. Esta transformación no solo modifica los patrones de consumo, sino también nuestra conexión con los ingredientes naturales.

Fomentar una alimentación más equilibrada, en la que los alimentos frescos recuperen su lugar en la mesa, es uno de los grandes desafíos de esta generación. Aunque la recomendación de consumir al menos cinco porciones diarias de frutas y verduras suena sencilla, el reto está en llevarla a la práctica.

En México, el promedio de consumo está muy por debajo de esa meta: según datos de la UNAM, en las últimas tres décadas la ingesta de frutas y verduras ha caído cerca de un 30%, reflejando un cambio profundo en los hábitos alimenticios del país. A nivel global, la tendencia es similar. El Global Nutrition Report estima que los niveles de ingesta de frutas y verduras se mantienen alrededor de un 50% por debajo de lo recomendado para una dieta equilibrada. Y aunque en 2023 se produjeron más de 2.1 mil millones de toneladas de estos alimentos, su consumo diario sigue siendo insuficiente.

La paradoja es clara: producimos más, pero comemos menos. De ahí la importancia de encontrar nuevas formas de acercar a las personas a los alimentos naturales, haciendo que comer fresco sea también una experiencia de disfrute, impulsada por la creatividad, los ingredientes auténticos y, por supuesto, el sabor.

Tajín: el aliado del sabor que impulsa mejores hábitos

En los últimos años, Tajín ha demostrado que comer frutas y verduras puede ser mucho más atractivo cuando se acompaña de sabor. Su mezcla característica, elaborada a base de chiles naturales, sal de mar y un toque acidito, se ha convertido en un complemento que invita a las personas, especialmente a niños y jóvenes, a incorporar más productos frescos a su dieta diaria. Hoy, los hogares que usan Tajín consumen aproximadamente 200 g de fruta y 300 g de verdura más a la semana que los que no lo utilizan (25 a 26 kg más al año).

La marca, de origen 100% mexicano, ha sabido encontrar un equilibrio entre la tradición y la innovación: rescata el sabor auténtico del chile y el limón, al tiempo que promueve hábitos de alimentación más equilibrados. No se trata solo de condimentar, sino de acercar a más personas al consumo de alimentos naturales y crear experiencias positivas alrededor de ellos. Hacer que comer frutas y verduras sea una experiencia deliciosa puede marcar la diferencia: una rebanada de mango con Tajín o unas rodajas de pepino con un toque de su sabor inconfundible pueden transformar cualquier momento. Es un pequeño cambio en el día a día, pero con un gran impacto a largo plazo en el bienestar.

Tajín, que hoy llega a 65 países, ha logrado posicionarse como un símbolo del sabor mexicano que también promueve una mejor relación con los alimentos frescos. Su historia es un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser aliada del bienestar y de cómo un producto hecho en México puede inspirar a millones de personas en el mundo a comer mejor, sin perder el gusto por lo que más nos representa: el sabor.