CONTEXTOS/ Tras la comprensión integral

Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas.

¿Realmente me entiendes? Esa es la pregunta frecuente entre los profesores universitarios pero también una cuestión medular de marcas y empresas a sus clientes reales y potenciales. De alguna manera, la era de alta tecnología vuelve prioritaria una competencia esencialmente humana: la comunicación.

En este marco, la investigación en neurociencia descubre formas específicas para ajustar nuestro mensaje a audiencias específicas. En las universidades cada vez más se aplican las metodologías que mejoran sustancialmente el intercambio de información y formación de diálogos para generar puntos en común o acuerdos.

Por ejemplo, dos de los métodos más efectivos para conectarse con el público son hacer contacto visual y reflejar o imitar sutilmente los gestos de la otra persona. Ambas actividades conducen a generar ondas cerebrales sincronizadas, que están vinculadas al compromiso, aprendizaje y la buena relación.

Las siguientes ideas mejoran las posibilidades para no sólo ser escuchado sino comprendido.

1.Contar una historia, pero antes se debe dar un marco de referencia que sincronice a la audiencia. Es decir, antes de contar la historia, explique lo que significa o por qué la cuenta para que todos estén en la misma página.

  1. Cambiar las mentes o los comportamientos. Esto es posible al alentar a las personas a enfocarse primero en algo más grande que ellos mismos. Esto porque los mensajes difíciles generan un impulso natural de autodefensa que puede bloquear la comprensión.

Para combatir eso, conviene alentar a la audiencia a pensar en las cosas que más les importaban como la familia, los amigos o la espiritualidad, también alentarlos repetidamente a pensar en el bienestar de otras personas. Estas prácticas autotrascendentes permiten aceptar información que no querían escuchar. También incide en una mayor actividad que puede prolongarse hasta por  tres meses en respuesta.

  1. Simplificar. La menor cantidad de palabras habladas y la menor cantidad de caras y otros estímulos en la pantalla favorece la acción de compras on line. Se trata de comunicar un núcleo esencial, algo que es a la vez simple y profundo.
  2. Subir el volumen. Hablar un poco más alto de lo normal y variar el volumen general aumenta la percepción de confianza y, por ende, se vuelve más persuasivo.

Estas técnicas se emplean en múltiples compañías para enriquecer los mensajes de ventas y procedimientos de mercadotecnia, pero también en las áreas de recursos humanos para impulsar el cambio cultural. Por otra parte, se trata de herramientas esenciales en las áreas de Innovación y Desarrollo.

Finalmente, la comunicación es una de las competencias blandas más valoradas ahora y que se impulsan entre los futuros profesionistas para que, junto con el pensamiento crítico, les permita lidiar con nuevos retos y problemas futuros en entornos y circunstancias desconocidos.