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Cuca celebra 35 años de rock, irreverencia y fuego con un concierto histórico en La Maraka este 28 de noviembre

El rugido de Cuca volvió a sentirse, aunque esta vez a través de la pantalla. La banda tapatía ofreció una rueda de prensa virtual para anunciar su regreso a la Ciudad de México con un concierto conmemorativo por sus 35 años de trayectoria, que tendrá lugar el viernes 28 de noviembre en el Centro de Espectáculos La Maraka, una de las sedes más emblemáticas para el rock nacional. Con la ironía, el humor y la energía que los caracterizan, José Fors, Carlos Avilés, Nacho González y Alex Otaola compartieron detalles sobre su nuevo sencillo, los preparativos de su próximo álbum y la emoción de reencontrarse con su público capitalino.
“Nos emociona muchísimo volver a la Ciudad de México. Cuca es una banda que se tiene que escuchar en vivo, porque ahí es donde realmente se siente el peso de la historia y la energía del público”, expresó José Fors, visiblemente entusiasmado. El concierto en La Maraka no será una simple fecha en la gira, sino una celebración total de su legado, un recorrido por toda su discografía que incluirá himnos generacionales como “La Señorita Cara de Pizza”, “El Son del Dolor” y “La Balada”, piezas que siguen marcando el pulso del rock mexicano.
En esta nueva etapa, Cuca también se encuentra estrenando el tema “Qué volando”, una composición con tintes de blues que mantiene la irreverencia y la mordacidad que siempre los ha distinguido. “Estamos grabando por partes, lanzando sencillos que después formarán parte de un disco completo. ‘Qué volando’ es apenas el primer capítulo de esa historia”, explicó Alex Otaola, agregando que el grupo busca que cada canción tenga su propio espacio antes de formar parte del álbum que verá la luz en 2026.
Durante el encuentro, Fors habló con franqueza sobre su recuperación física tras una etapa difícil de salud. “Estuve fuera un tiempo, pero ya me siento fuerte. Tenía ganas de volver a gritar con la gente, de sudar en el escenario. La música sana más que cualquier medicina”, dijo entre risas, generando aplausos virtuales de los medios conectados.
La conversación también se tornó reflexiva cuando los músicos abordaron la evolución de la industria y el papel de la tecnología. “La inteligencia artificial podrá generar música funcional, pero no puede crear emoción. La conexión entre una banda y su público es algo que no se programa. Esa adrenalina y ese sudor son humanos, y seguirán siéndolo”, sostuvo Otaola con convicción.
Carlos Avilés, bajista y fundador, aprovechó para recordar los orígenes de la banda: “Venimos de tocar en garajes y bares, de armar los amplis con lo que teníamos a mano. Hemos pasado del cassette a las plataformas, pero nunca hemos perdido la esencia: Cuca es una banda que toca desde las entrañas”.
La banda adelantó que la presentación del 28 de noviembre tendrá una producción poderosa, en una noche donde también compartirán escenario con Riesgo de Contagio, otra agrupación fundamental en la historia del rock alternativo mexicano. “Será una noche intensa, llena de recuerdos, de risas y de distorsión. Vamos con todo. La Maraka va a temblar”, aseguró Fors con su característico humor negro.
Cuca surgió en Guadalajara a finales de los años ochenta como una propuesta provocadora y visceral dentro del panorama musical mexicano. Desde su debut con La Invasión de los Blátidos, la banda se convirtió en una voz de resistencia, combinando crítica social, sarcasmo y deseo en un sonido que desafiaba lo establecido. A lo largo de tres décadas, su nombre se ha mantenido sin rendirse a las modas, conservando la alineación original y un espíritu contestatario que los ha mantenido vivos en la memoria colectiva del rock nacional.
La cita en La Maraka promete ser más que un concierto: será un ritual eléctrico de celebración, catarsis y memoria, donde el pasado y el presente se fundirán en una sola llamarada. Los boletos están disponibles a través de Boletia, y cada entrada promete una noche irrepetible, donde la historia del rock mexicano volverá a escribirse con el puño cerrado y la garganta abierta.
“Después de 35 años seguimos sintiendo nervios antes de subir al escenario. Esa adrenalina nunca se va, y es lo que nos mantiene vivos”, concluyó Fors. Y tenía razón: Cuca no solo celebra su pasado; lo incendia otra vez.
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