FORJADORES DE MÉXICO/ Cómo ser un gran CEO

Por Antonio Ortiz Vázquez, Presidente de Forjadores de México, A.C
Ese es el santo grial corporativo: ser de los mejores. Y por utópico que parezca, ya un camino delineado para lograrlo.
A través de 67 entrevistas en profundidad con exitosos directivos de todo el mundo, investigadores de McKenzie descubrieron que lo que que separa a los mejores del resto es cómo abordan las tareas cotidianas. Existen seis mentalidades que caracterizan a los grandes CEO.
Audacia. Los CEOs exitosos buscan activamente oportunidades significativas. Elevan las aspiraciones de la empresa y buscan intersecciones donde el negocio y el mercado se encuentran. Son excelentes futuristas y, por lo tanto, pueden definir la visión correcta. La visión es lo primero, pues el desempeño financiero se deriva de eso.
Humanización. Solo una de cada tres estrategias se implementa con éxito, en gran parte porque el cambio genera resistencia. Es por eso que las “cosas blandas”, es decir, los asuntos relacionados con las personas y la cultura, pueden ser las cosas más difíciles de hacer bien. Ahora, las empresas que resuelven las cosas blandas tienen del 30 al 79% más de probabilidades de ejecutar una estrategia con éxito.
Roles. Para construir equipos de liderazgo de alto rendimiento, los mejores CEOs comienzan con roles, no con personas, preguntan cuáles son los trabajos más importantes y luego encuentran personas que puedan hacerlos. Diseñan para la funcionalidad general y aportan una amplia gama de experiencia. Los CEOs deben comprometerse con cada individuo mientras mantienen cierta distancia. Y, de nuevo, las cosas blandas cuentan.
Buena interacción con el Consejo de Administración. La junta es el jefe del CEO, pero uno incómodo: mucha gente que se ve con poca frecuencia. Como cualquier relación, la base es la confianza. Eso significa ser abierto, honesto y rápido sobre los planes y problemas. Los CEOs deben establecer una relación sólida con el director principal y consultar con otros directores una o dos veces al año
Clarificar el propósito. El propósito puede ser difícil de definir. Por lo menos, debe ser lo suficientemente poderoso como para inspirar a las personas, lo suficientemente simple como para ser entendido fácilmente y tener sentido comercial. Y el propósito importa: las empresas con un claro propósito social generan resiliencia y mejor desempeño financiero. Los mejores CEOs se preguntan por qué existe su empresa, luego hacen del propósito una parte intrínseca del modelo de negocio. Liderar con propósito también puede mejorar el bienestar de los empleados y generar lealtad.
Gestión del tiempo. Ser CEO es un trabajo 24/7, pero nadie puede trabajar de esa manera. Los grandes CEOs hacen que sea una prioridad administrarse a sí mismos para asegurarse de que no se separen. Eso es obviamente personal, pero encontramos algunos puntos en común. El más importante es la autodisciplina, particularmente en lo que respecta al uso del tiempo. Las técnicas de la vieja escuela, como las listas, las estrellas y la codificación de colores, aparecen a menudo como técnicas de gestión del tiempo. Al mismo tiempo, los CEOs con los que hablamos también incorporan flexibilidad en su horario, para responder a lo inesperado o simplemente para pensar. Muchos combinan el trabajo de alta intensidad con períodos de recuperación, ya sea un descanso de diez minutos entre reuniones o tocar el piano. En última instancia, la gestión de la eficacia personal se trata de desarrollar un sentido de perspectiva, y luego usarlo para ver hacia el futuro.
¿Cuáles de estas características empleamos en nuestro día a día?