Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, Consultoría de políticas públicas.
Durante un nuevo año se marcan las pautas y directrices del tiempo por venir. Se afinan planes de trabajo y vida. Sin embargo, por paradójico que parezca, iniciar nuevas rutinas no resulta fácil. Estas son algunas ideas para marcar nuevos capítulos profesionales y personales.
Comenzar la jornada laboral. Encontrar formas de ser más productivo en el trabajo es la nueva piedra filosofal. Conviene iniciar el día con un listado de tareas a cumplir. Cada objetivo se priorizará según las metas identificadas con trascendentales.
Conviene realizar el trabajo más importante cuando el trabajo funciona mejor. Esto varía de persona a persona. El mejor momento no se debe desperdiciar en actividades administrativas no críticas, por ejemplo, sino a la planeación estratégica.
Al planificar con anticipación cómo usar el tiempo se evita que se trabaje en la agenda de otras personas.
Empezar a pagar la deuda. Reducir la deuda personal es una resolución común de Año Nuevo, aunque desalentadora.
Una posibilidad es pagar la deuda con la tasa de interés más alta, de modo que se mantengan los pagos de intereses lo más bajos posible, pero “la bola de nieve”, podría motivar mejor a las personas a reducir su deuda.
Debido a que se pueden pagar más fácilmente los créditos pequeños, este enfoque podría crear una sensación de éxito que estimula a la persona a mantenerse en la tarea general.
Generar la primera oferta en las negociaciones. En general, el primer número puesto sobre la mesa tiende a “anclar” toda la negociación, ya que las partes confían de manera desproporcionada en ese número cuando hacen ofertas posteriores.
Sin embargo, también se revela información que la contraparte puede usar para su ventaja. Por lo tanto, la decisión sobre de hacer la primera oferta implica sopesar la ventaja del efecto de anclaje contra la desventaja de entregar información.
En muchos casos, es mejor hacer la primera oferta, especialmente si se está bien preparado. Por otra parte, si se está realmente bien preparado y la contraparte no lo está, es conveniente que éste haga la primera oferta porque el efecto de anclaje no tendrá un impacto tan poderoso.
Comenzar una lluvia de ideas. Salir de lo inusual o realmente importante. Se puede iniciar al compartir anécdotas sobre todo vergonzosas. Esto elimina la barrera de la autocensura y maximiza la creatividad en las lluvias de ideas grupales.
Además de promover la generación de ideas, también logra involucrar a las personas desde el principio.
Planear el futuro. Esta es una idea que no puede postergarse. Debe iniciarse ya, en este momento.