La invasión cuatroteísta

PULSO

 Eduardo Meraz

Ante la invasión cuatroteísta a los otros poderes de la Unión y su intención de destazar a los órganos autónomos -actitud propia de quienes trabajan en un obrador-, los mexicanos debemos mostrarnos firmes, sin temores en la defensa de la democracia, las libertades y la ley.

Tendríamos que hacer nuestro el mensaje del mandatario de Estados Unidos, Joe Biden en Polonia: “El hambre de los autócratas no puede ser saciada, hay que oponerse a ella. Y los autócratas solo entienden una palabra: no, no, no. ¡No tomarán mi país, no me quitarán la libertad, no tomarán mi futuro!”.

Ciertamente quienes acudiremos al Zócalo el próximo domingo lo haremos para mantener el privilegio de elegir libremente a nuestras autoridades; también lo haremos para oponernos a la invasión y desmantelamiento del Instituto Nacional Electoral por parte del oficialismo.

Si bien el presidente norteamericano aludió a su homólogo ruso, Vladimir Putin, los ciudadanos que diferimos de los moditos, abusos y costumbres del mandatario totalmente Palacio Nacional, debemos tener presente que en el caso del gobierno actual la democracia es demasiado fuerte para los autócratas; “la democracia en el mundo se ha hecho más fuerte, pero los autócratas se han hecho más débiles”, sostuvo Biden.

Tan es así, que las reacciones del presidente sin nombre y sin palabra para tratar de aminorar la avalancha de ciudadanos en la principal plaza del país se basa en ofensas, descalificaciones, por lo cual -como dice Joe Biden- debemos sentirnos orgullosos de formar parte de un pueblo “amante de la libertad”.

Al igual que Occidente seguirá actuando en oposición a los apetitos rusos, los mexicanos tendremos que asumir el compromiso como sociedad para garantizar que fracasen las ansias del cuatroteísmo por borrar la división de poderes, la militarización y el control de las elecciones.

Es decir, la concentración del 26 de febrero debe servir para mostrar que los opositores al cuatroteísmo estamos más unidos que antes, independientemente de la participación de partidos políticos, en la defensa de la Constitución y de los derechos individuales y colectivos que de ella emanan.

En su discurso en Varsovia, Joe Biden advirtió a Putin que “la brutalidad nunca doblegará la voluntad de los libres; La gente libre se niega a vivir en un mundo de desesperanza y oscuridad”. Lo mismo podemos hacer los mexicanos ante el comportamiento autoritario del habitante temporal del Palacio virreinal.

Las ofensas, chantajes, mentiras, amagos y demás trapacerías del arsenal del cuatroteísmo para doblegar adversarios carecen de efectividad, ante la voluntad popular.

Los mexicanos no queremos procesos electorales manejados por el gobierno y menos uno como el actual, violador consuetudinario del marco legal.; tampoco deseamos precampañas y campañas ramplonas, de tacos, peluches y videos.

Si desde el teatro en atril mañanero se dejara de promover la polarización de los mexicanos, con base en mentiras y engaños, no habría necesidad de tomar la calle; pero si los mexicanos dejamos de defendernos de un gobierno autócrata, significaría el fin de la democracia.

“Los autócratas no pueden ser apaciguados sino enfrentados; la defensa de la libertad no es el trabajo de un día ni de un año. Siempre es difícil. Seguirán viniendo días duros y amargos”, señaló Biden, y al igual que en Europa, debemos prepararnos para impedir la invasión cuatroteísta.

He dicho

 

EFECTO DOMINÓ

La pretensión oficial de constreñir la culpabilidad de Genaro García Luna a un periodo de tiempo determinado no sólo es engañosa, es cerrar los ojos ante el crecimiento y diversificación del crimen organizado en el presente gobierno como nunca antes, diría el clásico.

 

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