Las amenazas a la familia de la Señorita Socorro Romero Sánchez

 

 

El poder de la diputada Olga Lucía Romero Garci-Crespo ha sido utilizado de formas nefastas en el caso de la pelea por la herencia de la Señorita Socorro Romero Sánchez. Abusos de poder, nepotismo, intimidaciones y amenazas son parte de las tretas que la familia Romero Celis ha tenido que soportar en los últimos años.

Es sabido por todos quienes han tenido la desgracia de lidiar con juicios y demandas, que el desgaste físico y moral es altísimo. Los corazones y espíritus de las familias Romero Celis han sufrido un imparable desgaste desde que la diputada decidió adueñarse de lo ajeno.

Primero la Señora Estela Romero sufre intimidaciones y persecuciones; existen amenazas de supuestas demandas por parte de la diputada y sus aliados, la señora Gloria Romero Sphor e hija, testigos del del testamento original de Socorrito.

La policía hace rondines en las inmediaciones de la casa de Romero Bringas y la empresa SRS.  La sobrina de Socorrito se ampara en menos miedo y más fe. Fe que aprendió de su tía y que no quita el desgaste físico y las amenazas a la integridad de la señora.

Por su parte, Alfonso y Miguel Romero Celis han sido calumniados. Algunos medios locales insinuaron que los albaceas intentaron huir del país para encubrir un supuesto enriquecimiento ilícito y posibles evasiones ante el SAT. Hechos todos completamente falsos.

Los hermanos Celis permanecen al frente de la directiva de Grupo Romero Sánchez y de sus negocios propios que se diversifican en varios frentes de inversión. La diputada pretende ir por todo el dinero de los Romero Celis, aunque parte de éste provenga de las inversiones de su difunto padre y su empresa avícola.

Así como el periodismo en riesgo ha dado de qué hablar en los últimos días en el país; también los periodistas y los políticos corruptos pueden aliarse para difamar a una familia que lo único que hace es defenderse ante las patadas de ahogada de la diputada Olga Romero, que, con su actual poder, ha logrado desgastar los ánimos de la familia. Ya veremos de qué lado hay más fuerza.