Entretenimiento
Translúcido: El corazón transmasculino que iluminó el orgullo de ser hombre trans

El centro palpitante de la Ciudad de México fue testigo este fin de semana de un renacimiento luminoso. Bajo un cielo vibrante de consignas, colores y sueños, la 47ª Marcha del Orgullo LGBTIQ+ se transformó en un poema vivo que recorrió Reforma con la fuerza del deseo y la determinación de siglos. Y en medio del oleaje multicolor, entre cuerpos ardientes de esperanza y libertad, surgió con fulgor el carro alegórico de Translúcido, no como un simple vehículo decorado, sino como una afirmación monumental de existencia. Una manifestación móvil que rompió el aire y el silencio con cada beat, con cada cuerpo que bailaba y resistía sobre sus ruedas.
Allí, entre el júbilo y la furia amorosa de miles, se alzó una comunidad que por años fue relegada a las sombras. Translúcido avanzó como un corazón con motor, como un grito transformado en arte, como un himno rodante que hacía visible lo que tanto tiempo fue negado. La transmasculinidad, tantas veces silenciada, tomó la avenida más emblemática del país para decir: estamos aquí, somos belleza, somos lucha, somos orgullo. Gracias a la visión encendida de Neidan Macías, comunicador, productor y faro de esta gesta simbólica, la presencia de los hombres trans no fue un añadido, sino el centro vibrante de esta marcha. Su nombre, que resuena con firmeza y ternura en la comunidad, es ya sinónimo de camino abierto y abrazo colectivo.
Neidan, creador de la revista Translúcido y conductor del programa “Capital por Cual” al lado de Fernanda Tapia, no solo ha abierto micrófonos, sino también corazones y avenidas para los hombres trans de México. Desde sus primeros pasos en los medios hasta su reconocimiento por el Congreso de la Unión y su nombramiento como Embajador Turístico de la Ciudad, su andar ha sido un ejercicio de ternura combativa. Cada palabra suya, cada gesto, ha ayudado a que las historias transmasculinas no solo se cuenten, sino que se escuchen con respeto y se celebren con amor.
El carro de Translúcido fue también un escenario que latía con arte y música, habitado por voces que tejieron una sinfonía de autenticidad: Olgasana, El Gato Callejero, Hiram y Said, Loreto, Ana Karen Rwiz, Jonathan Tonatiuh, el Grupo Caballo Blanco El Nuevo Rey, Grupo Yamaro, Isain de La VoiceBand, DJ Iliann, DJ Jan, DJ Panda Music, Colmena, Xtrazer2… cada uno con su ritmo, con su fuego, con su entrega, transformaron ese espacio en un altar festivo donde lo sagrado fue simplemente ser uno mismo. Detrás de ellos, como cimientos amorosos, estuvieron también quienes sostuvieron esta maravilla: Bombas Grill BG, Del Tango al Tingo y Rodando a tu Peda, comprometidos no solo con la marcha, sino con el derecho de existir con dignidad.
Ese día, la Ciudad de México se abrió como nunca. Cada aplauso, cada sonrisa dirigida al carro de Translúcido fue un reconocimiento profundo a una verdad que ya no puede ocultarse: los hombres trans también son orgullo, también son bandera, también son canción y celebración.
Translúcido no participó en la marcha: la reinventó. Fue el eco de una comunidad que quiere vivir sin pedir permiso. Fue el espejo donde muchos se vieron por primera vez. Fue, en esencia, la afirmación más luminosa de que la historia se escribe con cuerpos libres, con amores visibles y con voces que ya no aceptan el silencio.
Y allí estuvo Neidan Macías, como raíz y como cielo, como artífice de un sueño que rodó por las avenidas para quedarse en la memoria colectiva. Porque quien vio pasar ese carro, supo —sin necesidad de palabras— que acababa de presenciar un acto de amor transformador. Y en ese acto, México también marchó hacia una verdad más amplia, más justa, más viva.
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